Coordinación: Urbta. Dra. Hilda Torres Mier y Terán. Universidad Central de Venezuela. Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Escuela de Arquitectura Carlos Raúl Villanueva. Área de Estudios Urbanos. Caracas.

Big Data, calidad de vida urbana, tecnología y ética. Caracas-Venezuela.

 


fisicromía panam 2017 cruz diez
Fisiocromía (2017). Carlos Cruz Diez.

Definiciones.

De acuerdo a las reflexiones de F. Ascher, sociólogo urbano francés, una de cuyas obras fundamentales es el libro Metapolis. El futuro de las ciudades (1994), el presente urbano muestra  características  inéditas, así como la profundización de los elementos propios de lo que denomina “tercera modernidad”, una la sociedad urbana “hipertexto”, una “sociedad del riesgo” del siglo XXI, de donde emerge la neceisadad de un nuevo urbanismo de la complejidad. Este nuevo urbanismo se fundamentaría en el tratamiento novedoso de conceptos tradicionales de tipo técnico y multidisciplinario como la movilidad y la centralidad urbana, y otros de naturaleza social, como el concepto de comunidad local, pero se encuentra novedosamente signado en todas sus dimensiones, por la conectividad y las tecnologías digitales para la implementación de una planificación que sobrepasa a la normativa tradicional, y apunta a la estrategia de hipótesis sucesivas, ante una sociedad urbana en constante y rápido cambio.  La nueva “sociedad hipertexto”, propiciaría también en forma creciente la autonomía de los ciudadanos frente a los límites espaciales y temporales, pero ello no descarta la preponderancia del significado y el manejo del espacio en la vida urbana. De aquí la necesidad de reflexión en torno al concepto de la ciudad red, la Smart City o Ciudad Inteligentecomo traducción espacial de la “sociedad hipertexto”,  su significado en el contexto de la tecnología y en la planificación urbana actualizada.

Se entiende la Ciudad Inteligente aquella que parte de los avances tecnológicos,  las comunicaciones y la inteligencia artificial, para alcanzar metas conectividad entre individuos e instituciones con el fin de realizar el análisis holístico de una inmensa data de individuos, comunidades, redes y espacios urbanos. Ello permitiría alcanzar objetivos de sostenibilidad urbana, a la vez que objetivos de eficiencia y competitividad, en procura de mejorar  la calidad de vida de los ciudadanos,  de las prestaciones sociales urbanas de modo sostenido, y de impulsar una economía urbana competitiva. La optimización de negocios basados en las tecnologías Big Data, a través de una sinergía entre el sector público y el privado individual y corporativo permiten asociaciones positivas en tal sentido.

Desde el punto de vista tecnológico, y para el caso de la oferta de servicios urbanos, la asesoría y el enlace entre operadores de telecomunicaciones, grandes empresas y administraciones públicas locales se ha vuelto un oportunidad de negocio corporativo de gran alcance, con experiencias en la implementación de proyectos de ciudades inteligentes, y en el análisis holístico y de organización horizontal de estrategias urbanas o del manejo de datos urbanísticos.

La carrera tecnológica en este sentido, apunta a la adopción de redes e infraestructura digital avanzadas y de gran capacidad de manejo de datos como la red de quinta generación o 5G, de banda ancha móvil para dispositivos telefónicos y redes inalámbricas. Asimismo es fundamental el uso masivo de bases de datos abiertos o Big Data, de tecnologías informáticas alternativas de tipo Blockchain, de Sistemas Cloud de almacenamiento de información, de herramientas de Inteligencia Artificial o programas de análisis especializado, entre ellos los Sistemas de Información Geográfica (SIG) y otros modelos de simulación urbana,  del “internet de las cosas” o IoT (Internet of Things), y  de  las TIC, tecnologías de información y telecomunicaciones o ICT (Information and Communication Technologies).

Se dispone así de grandes oportunidades para la optimización de servicios urbanos, desde el sector público y privado, a través de las tecnologías y el concepto de Smart City, adaptadas a los tiempos. Estas oportunidades comienzan a consolidarse en materia de planificación espacial urbana, catastro urbano, prestación de servicios de salud, transporte, y políticas de transferencias a población vulnerable, control ambiental, control de infraestructuras, entre otras opciones. Sin embargo, su alcance en función de objetivos de equidad y crecimento urbano sostenible, así como el manejo ético de datos, son tareas delicadas que deben ser abordadas en todos los casos.

El caso de Venezuela y la ciudad de Caracas.

Petare Norte

Imagen: Caracas. Petare Norte (H. Torres, 2019)

En el país se vienen desarrollando algunos proyectos de alcance limitado, pero prometedores en la incorporación de tecnologías para el desarrollo de ciudades inteligentes, tal como el proyecto Programa SOS Tele-medicina para Venezuela o red de telemedicina que, aprovechando las TIC, equipa y conecta centros de atención primaria de salud, con médicos especialistas de la Universidad Central de Venezuela (UCV), y otros proyectos de la misma casa de estudios, que utilizan soluciones de telemedicina, como el “Programa SOS Prevención de la Mortalidad Materna”, con el propósito de impactar positivamente en la calidad de vida de mujeres adultas y adolescentes, y desarrollar cursos de formación del personal de salud con el uso de las TIC para la mejora del desempeño profesional.

No se registran sin embargo, grandes proyectos de planificación urbana en la metrópolis caraqueña, o en otras metrópolis venezolanas, específicamente fundamentados en esta visión tecnológica, aunque sí el ejercicio de algunas aplicaciones en el ámbito del catastro, la información de datos municipales a la ciudadanía, o el desarrollo de aplicaciones para la contratación de transporte urbano particular.

Para ampliar las posibilidades, es necesario el desarrollo integral de la conectividad de las ciudades, mediante la ampliación de la capacidad y el alcance de las infraestructuras y servicios de telecomunicaciones de banda ancha, para que la población, las instituciones y las empresas dispongan de servicios TIC avanzados.

De acuerdo con la Corporación Andina de Fomento, en su informe Sector TIC Venezuela,  el país ofrecía en 2012 una de las tasas de penetración de los servicios TIC menores de la región Latinoamericana, con penetración a banda ancha móvil /100 hab. de 4,85%. Por otra parte, según la publicación “Situación digital en Venezuela 2018“, en el país se registraron 19,31 millones de usuarios en Internet; esto representa el 60% de la población, con 14 millones de usuarios activos en medios sociales, 10 millones de ellos conectados a través de dispositivos móviles. Sin embargo, Venezuela está entre los 10 países con más decrecimiento en este medio en 2018, el cual se estima en un 2%, lo que representa unos 300.000 usuarios menos, y se encuentra entre los países con la conexión a internet más lenta a nivel mundial, en el puesto número 128 en conexión a internet fija, con una velocidad en promedio de 3,7 Mbps., y en el puesto 115 en conexión a internet móvil, con una velocidad promedio de 7.9 Mbps. 

En la Constitución Nacional aprobada el año 1999, el Estado venezolano asumió la obligación de permitir a los ciudadanos el acceso universal a la información de radio, televisión, redes de bibliotecas y redes informáticas como servicios informativos el carácter de interés público (CRBV, Art. 108, 110). Sin embargo, como indica el informe “Internet regulado | Una mirada a la normativa legal de los derechos digitales en Venezuela” del año 2018, en el país se evidencia “la carencia de una legislación comprehensiva no solo respecto a la protección de datos personales, sino respecto a la transparencia en el manejo de los datos públicos”. Esto se ve agravado con el uso político coercitivo de datos personales de la población de menores recursos, a través de censos biométricos y tarjetas digitales gubernamentales, desde 2018.

Conclusión.

El éxito de una política de planificación urbana para las ciudades venezolanas, apoyada en el uso de tecnologías Smart City y en la digitalización de datos y redes, requiere tanto de los ciudadanos partícipes y beneficiarios, con especial atención a las áreas urbanas más vulnerables y desatendidas, como de los proveedores de oferta pública y privada de servicios urbanos inteligentes. También implica la adopción y el acceso masivo a tecnologías avanzadas por las contra partes, y la cobertura espacial exhaustiva del acceso a la conexión, así como la formación de capital humano en comunicaciones y en planificación urbana ad hoc. El manejo de  los datos de los ciudadanos, implica asimismo consideraciones éticas, cuya discusión debe reflejarse en la práctica democrática de gobierno local, así como en una legislación actualizada, que garantice la justicia y el bienestar en una “sociedad hipertexto” de tercera modernidad.

Urbta. Hilda Torres Mier y Terán

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